BIENAVENTURADOS LOS PASTORES
BIENAVENTURADOS LOS PASTORES
Quizás pensamos que en dos mil años mucho cambio, y en realidad pensar así es lo correcto, mucho cambio, pero hay algo que a pesar, del largo tiempo transcurrido permanece, y se acrecienta mas y mas, es la apostasía a Dios.
Hace dos mil años, en la inminente llegada del Mesías, unos reyes magos, que venían del Oriente, buscaban en el lugar correcto al Mesías, seguramente encontrando la guía correcta en las escrituras del Antiguo Testamento, según Isaías, Ezequiel, y Jeremías, lugar Jerusalén , aldea Belén , pueblo Nazaret, lugar exacto, fecha exacta, todas las descripciones correctas, lógicamente, fueron a ultimar detalles, con los representantes del Señor en la tierra de aquella época, los que supuestamente ejecutaban al pie de la letra, las ordenes de Jave, OH que chasco, ellos mismos los príncipes de Israel, los supuestos herederos del pacto, las promesas, ignoraban totalmente, la llegada del Mesías a la tierra, la cual el pueblo del Señor debía esperar ardientemente, sin embargo, ellos ignoraban voluntariamente, desechando en desidia, la roca de su salvación, y al cual se suponía , habían rendido su vida para servirle, y adorarle, en espíritu y en verdad, pero OH, vanidad de vanidades dijo el predicador, no hay peor forma de vanidad , que jugar a ser príncipe, del reino de los cielos, y a la vez estar enterrado, en el pantano de la duda, y la perdición.
Pero sin embargo, en esa misma hora, en Belén brillaba una estrella preciosa, con su luz, bendita, la cual señalaba donde se hallaba nada mas ni nada menos , que el hacedor de todas las cosas, Juan 1:3. Col. 1: 16 al 18.
Solo pudieron ver y recibir la bendición , unas pocas personas, entre ellas unos pastores, que se encontraban, en la intemperie, fieles despiertos, expectantes, con la fe la seguridad, con la alegría, prestos a recibir las bienaventuranzas del Señor, su Rey y Mesías, Jesucristo ¡Aleluya!
Ahora bien pasaron dos mil años, y la condición espiritual de los representantes de Dios, en la tierra se encuentran, en el mismo estado degradado, amoral, y perdido, a igual que en todo el transcurso, de los dos mil años, apostasía total de la dirigencia religiosa, el amor de la mayoría se enfrío, nadie quiere saber nada de Dios, a no ser para beneficio propio, las tinieblas espirituales, cubren la tierra, la gente busca en el llamado pueblo de Dios, a Jesucristo, pero no lo halla, ni en las iglesias ni en los templos.¿donde pues esta Dios? ¿Donde esta Jesucristo? y en respuesta, la misma escena de hace dos mil años se repite ¿Dónde esta la luz? ¿Dónde esta la estrella?, donde están estos pastorcitos, allí fuera del campamento, fuera de las estructuras, fuera del clero, fuera de la denominación, pero en la misma luz, que indica exactamente ¿donde encontrar a Jesucristo? ¿Cómo? Allí donde ellos están, estos son los verdaderos pastores de Jesucristo, no tienen grandes templos, inmensas iglesias artesonadas, no concurren multitudes, pero están solamente, las ovejas que tienen que estar ni una mas ni una menos, y todos ellos juntos pastores y ovejas, firmes fieles, amados del Señor, esperando ansiosamente su regreso.
Ellos son, no todo esta perdido, hay una inmensa estrella en Jerusalén, la celestial, la ciudad santa, la ciudad de los escogidos, estos pastores, sin nombre para el mundo, olvidados, no reconocidos, nada remunerados, pero que al fin serán los únicos, que reinaran para siempre con el que esperan, su Señor Jesucristo . Amen. Jeremías 3:15. Ezequiel 34.
Beatriz M. de Raya.