TODO TIENE UN PRECIO
TODO TIENE UN PRECIO
Jesucristo, nuestro Señor, siendo hijo de Dios, el dueño de todo lo que existe, tuvo que pagar un precio, por amor.
Dios mismo, como Todopoderoso, y dueño absoluto de todo, tuvo que pagar, un precio por amor. Juan 3.16: Porque de tal manera, amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para todo el que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¿Existe un precio más alto, que dar a un hijo, en sacrificio por amor a otros?, ¿Existe, dolor más grande, que ver morir en la cruz, a un hijo, después de haber sido flajelado, y escarnecido?
Sin embargo Dios pago el precio, para rescatarnos por amor.
Dios siendo Dios, hubiera podido, tomar un camino, mas fácil, salvaguardando a Jesucristo, y dejar que todos muramos, irremisiblemente, pero no, en su infinito amor con que nos amo, fue impulsado a darse por nosotros.
Nos rescato de nuestra vana manera de vivir, nos salvo, y nos dio vida eterna, todo por el sacrificio de nuestro amado Salvador, bendito por los siglos.
Así mismo todo en la vida, tiene un precio, usted adquiere un producto, tiene que pagar un precio, quiere salud, un precio, quiere vacacionar, un precio, quiere descansar, un precio, en esta vida, en este siglo, todo se paga, todo tiene un precio, ¿quiere tener hijos, disfrutarlos? Debe de pagar el precio, y por amor sobrellevarlos, toda la vida, en la mayoría de los casos, tiene la dicha, de tener vivos a sus padres, debe atenderlos, tiene coche para comodidad, tiene que mantenerlo, y así todo, en la vida, todo conlleva, su precio.
Pero hay un precio, que todos los que recibimos la gracia de Dios, debemos pagar, y debe ser legítimo, autentico, y con alegría, ahora debemos pagar el precio, de amar a nuestro amado Salvador
Jesucristo, cuantos miles se enfrentaron a los leones, cuantos con gozo se entregaron a la hoguera, millones , a persecuciones, angustias, tribulaciones, torturas, hambre frío, ayunos, fatigas peligros, y seguimos enfrentándonos, por amor, nada nos podrá separar de su amor, Romanos 8: 35 al 39.
Si Jesucristo, que es el amor en nosotros, CRECE, no nos será difícil llegar, al mismo lugar, al mismo punto, al mismo amor, que nuestros preciosos hermanos que nos precedieron tuvieron, alegres, honrados de pagar el precio. ¡ALELUYA!.----Beatriz M. de Raya.